EFRAIN OROZCO M./ Por Jaime Rico Salazar.

Efrain orozco.-

Dedicó toda su vida a la música popular y alcanzó gran importancia internacional como director de orquesta. Bellas canciones compuso que hoy lo mantienen vigente en el recuerdo, entre ellas los pasillos “Señora María Rosa” y “Allá en la montaña”, compuestos ambos en 1946…

Por aquí voy llegando señora María Rosa
me vine madrugando y el alba está lluviosa.
La india me ha dejado, no volverá a la choza
vaya dándome un trago, señora María Rosa…”

En el hogar que formaron Cenón Orozco Salazar y Amelia Morales, nació Efraín en la población de Cajibío, (Cauca) el 22 de enero de 1897. En sus años de infancia, su madre, que tocaba muy bien la guitarra, le impartió sus primeros conocimientos musicales, que fueron complementados posteriormente por Ignacio Tobar, que le enseñó a tocar el cornetín y Juan Evangelista Calambás le dio lecciones de armonía y contrapunto. A los doce años de edad se despidió de la casa paterna y se fue para Popayán en donde consiguió ubicarse tocando el bombo en la banda militar.

Posteriormente consiguió el puesto de primer solista del cornetín. Pero le llegó una oferta de Buga para integrar un grupo que tocaba música bailable y antes de viajar compuso con su amigo Leonardo Pazos el pasillo “Adiós a Popayán”.

Después regresó a su ciudad y con el mismo Leonardo, entusiasmados con las posibilidades de adquirir mayor experiencia decidieron realizar en el año 1919 una gira al exterior. Primero estuvieron en Panamá, Costa Rica, Cuba trabajando en diferentes orquestas y también en el Perú. Después de tres años de correría, regresó a Colombia con la compañía de operetas de Herminia Quiles.

Al volver a Popayán lo nombraron director de la Banda Militar. Pasado algún tiempo decidió trasladarse a la ciudad de Cali en donde en el año 1934 se dio a la tarea de formar una gran orquesta con 14 buenos músicos entre los que estaban Alex Tobar y como intérprete vinculó a Carlos Julio Ramírez Después de haberse presentado con la orquesta en Bogotá en el Hotel Granada y en el grill El Lido, emprendió una gira por América del sur. Primero estuvo en Chile, consiguiendo un excelente contrato en el Casino de Viña del Mar. Y actuaron con mucho éxito.

Continuó posteriormente para Buenos Aires en donde su orquesta tuvo muy buena acogida, interpretando música tropical colombiana, que según los comentarios de personas entendidas  en la materia, no se ajustaban a la medida rítmica de los mismos: porros y cumbias que tocaba como bambucos fiesteros. En Buenos Aires se le retiró Carlos Julio, que se vinculó al elenco artístico del Teatro Colón.

Diez y ocho años estuvo Efraín Orozco en Argentina en donde surgieron en su orquesta otras figuras como Gregorio Barrios, Liliam White, Bob Toledo y Luján Cardillo. Grabó mucho repertorio cubano, brasilero, boleros y pasillos colombianos, entre ellos, muy conocido “El calavera” de Pedro Morales Pino, (agosto/1946 Victor N° 60-1060) que lo firmó como de su autoría. También se hizo figurar como autor del hermoso pasillo “Romanza de amor”, que tiene letra del Dr. Carlos López Narváez de Popayán, pero fue otro engaño, porque la música es de Alex Tobar, que precisamente la compuso para Carlos Julio Ramírez en Buenos Aires. Por Berenice Cháves se supo que Orozco por cambiarle un par de notas a la canción lo registró como de su autoría y hasta hizo encarcelar a Alex Tobar por reclamar sus derechos. Afortunadamente éste los pudo demostrar legalmente. Pero hay muchos desinformados que continúan acreditándole equivocadamente este hermoso pasillo.

En diciembre de 1953 regresó Efraín Orozco a Cali con su famosa Orquesta de las Américas contratado por el Club San Fernando. Trajo algunos músicos de la orquesta de Argentina, entre ellos a Luján Cardillo y a una bella cantante Danna Kelton. En los años 60s se trasladó a Bogotá y quiso continuar con su labor musical en nuestro medio. Grabó discos para algunas empresas industriales y trató de imponer un nuevo ritmo que denominó tumbasón, pero realmente no tuvo el éxito que había tenido en Buenos Aires. Además, les impuso a sus canciones circunstancias muy negativas para su divulgación, porque como anotara Hernán Restrepo Duque, aplicó a su repertorio un feroz egoísmo que impidió una merecida difusión.

En Bogotá vio pasar sus últimos años hasta que falleció el 27   agosto de 1975. Había contraído matrimonio y tuvo cinco hijos…

Además del pasillo “Señora María Rosa”, que grabó en Buenos Aires en diciembre de 1946 (Victor N° 60-1148) y que fue muy difundido en nuestro medio por Garzón y Collazos, quedaron el bambuco “Allá en la montaña” grabado en febrero de 1946 (Victor N° 60-0831) por Martha de los Ríos, famosa cantante argentina conocida como “La calandria”.  El pasillo “La llamaban Primavera” que grabó con su orquesta y la voz de Carlos Gal, en octubre de 1946 (Victor N° 60-1109) y el bambuco “El regreso” que compuso cuando regresó a Colombia en 1953, que dio a conocer y popularizó Beatriz y Gerardo Arellano, después de la muerte de Efrain.

Quedaron de su inspiración: el pasillo “Alma de Popayán”, que grabó con su orquesta y la voz de Carlos Gal en diciembre de 1946, (en el reverso está “Señora María Rosa”), “Siete de agosto” grabado en abril de 1947 (Victor N° 60-1307), “Tengo celos”, grabado en enero de 1946 (Victor N° 60-0805) “Sandino”, fox grabado por la Orq. Internacional (Nº 30940), “Porqué” pasillo grabado por Anita de Morales con José Moriche (Victor Nº 30940), “Fogoncito”, “Nueva Colombia”, “Como fierro”, “Oyendo a Oriol”, “La medalla”, “Así es Colombia”, “Tenjo”, “Colombita”,“Diana”, “Alborada  Colombiana”, “Bajo el ceibo”, “Bandolitis”, “Comadre Juana Ruperta”,“Cajibío”, “Bolero negro”, “Enigma”, “Popayán de mi amores”, “La fiesta del cafetal” y hay muchas más inéditas…

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